Llevo un par de minutos mirando por la
ventana. Es una bonita mañana veraniega, los altos edificios reflejan los rayos
del sol al ser, en su mayoría, blancos, grises o acristalados.
Un coche pasando por el otro lado del cristal
consigue que me dé cuenta de que tengo que ponerme en marcha. Descubro mis
piernas, hasta hace un instante tapadas por una fina sábana, y salgo de la
cama.
Anoche fui lo suficientemente previsora como
para preparar la bolsa que me tengo que llevar hoy, por lo que sólo tengo que
preocuparme de ducharme, desayunar, vestirme y llegar pronto a mi destino; así
que eso hago, además con bastante calma. Voy sobrada de tiempo.
Cuando estoy a punto de salir de casa, me
amarro las rastas en un moño y me pongo unas gafas de aviador apoyadas en las
raíces de mi pelo. Me miro un instante en el espejo, comprobando que voy
decente, y luego salgo al descansillo cerrando la puerta del
cuchitril en el que vivo tras de mí.
Subo un par de pisos por las escaleras para
llegar al último, donde apoyo la mano sobre una puerta metálica que, al
reconocer que la toco, analiza mis huellas dactilares o lo que sea que tiene
que analizar. Se abre cuando termina y se cierra en cuanto he puesto los dos
pies en la gravilla de la azotea.
Frente a mí se extiende un vasto paisaje de
coches aparcados, reposando, esperando a sus dueños. Camino hasta el mío y poso
la mano sobre la superficie. Me reconoce inmediatamente y me abre la puerta.
Entro y se eleva unos cuantos
centímetros del suelo. Miro hacia arriba, hacia las vías de tráfico, y luego al
frente. Ordeno al automóvil que ponga la radio y que me muestre un mapa para
llegar al lugar que le indico.
Calcula un par de segundos y crea la ruta más
rápida. Me permite observarla durante un instante y luego se reduce,
colocándose a mi derecha.
Comienzo a conducir, empezando por elevarme
hasta conseguir entrar en una de las tres vías de tráfico superpuestas. Me
gusta ir en la tercera, la más elevada, pero el mapa me recomienda ir en la
primera, así que sigo sus instrucciones.
Voy volando sobre varias calles hasta llegar a
una de las principales de la ciudad. No puedo evitar mirar hacia abajo y ver a
la gente caminar tranquilamente. Parecen enanos desde aquí.
Cuando los coches voladores comenzaron a ser
más que usuales en la clase media, la mayoritaria, ir a pie se volvió mucho más
cómodo. Ciertas alturas del aire están reservadas a los coches, otras a los
aviones, avionetas y helicópteros; la zona bajo tierra al metro… y la zona de
al ras del suelo, al menos en la gran ciudad, está prácticamente reservada a
los peatones.
Cierto es que sigue habiendo coches
terrestres, al igual que autobuses, pero su número es mucho menor que el de
coches voladores, dado que estos son más rápidos, cómodos, tecnológicos.
Mejores.
Por ello ser peatón es ahora muy cómodo.
Prácticamente se puede cruzar la carretera sin mirar. La gente, incluso, camina
por el asfalto con plena tranquilidad. Eso hace treinta años no se podía
hacer.
Claro, yo no tengo treinta, pero sí que he
estudiado historia en el instituto, y dimos la revolución automovilística. Los de ciencias, incluso, dieron el funcionamiento
de los productos voladores. Les costó aprobar aquél examen. Recuerdo a un amigo
mío estudiando como un loco para poder aprobar, mientras yo me pasaba las
tardes jugando en Pangea.
Buenos tiempos aquellos, pero mejores los de
ahora.
Una moto voladora pasa a mi lado como alma que
lleva el diablo. Automáticamente, dos o tres coches que tengo cerca aprietan
sus cláxones.
- No nos pongamos nerviosos… - digo, aferrando un tanto el volante.
- Perdone, señorita, ¿ha ordenado algo? – pregunta
la voz de mi coche.
- Hans, por la gloria de la máquina que te
construyó, no me des esos sustos, coño – digo, soltando aire acumulado en mis
pulmones.
- Siento haberla perturbado, señorita, pero ¿ha
ordenado algo? – insiste el vehículo.
- No, Hans, no he ordenado nada – respondo,
tranquilizándome.
- Está bien, señorita. Igualmente debo
informarle de que hace cien metros, ahora ciento veinte, ciento cuarenta… -
empieza a decirme, pero interrumpo:
- Al grano, Hans.
- Hace unos metros que debería haber comenzado
a descender en diagonal hacia delante para aparcar en la zona que usted
introdujo en el mapa – me informa.
- Gracias, Hans. Ahora mismo comienzo a bajar –
digo.
- Espere cincuenta metros, será más… acaba de
pasarse esos cincuenta metros. Espere otros cincuenta y… se los volvió a pasar.
- Anda, deja esto en mis manos – digo mientras
comienzo a descender tras poner el intermitente inferior trasero para que el de
detrás sepa lo que voy a hacer.
- Esto es un tanto temerario – comenta con tono
casi preocupado.
- Pero no me estoy saltando ninguna norma,
¿verdad?
- Verdad.
- Verás, Hans… las cosas no son siempre blancas
o negras. Hay más tonos, más opciones. Eso es algo que una inteligencia
artificial de coche como tú no puede llegar a comprender bien. Siempre buscarás
la opción más lógica, más reglamentaria y con menos probabilidades de fallo.
Pero en ocasiones, uno tiene que arriesgar para poder ganar algo – trato de
explicarle a mi coche mientras desciendo hacia el punto indicado en el mapa.
Desde arriba es un altísimo edificio del centro de la ciudad.
- ¿Y qué gana con esto, señorita? – pregunta mi
coche.
- Tiempo, Hans, tiempo… y un poco de diversión.
El coche se queda en silencio y termino de
descender hasta el párking donde he decidido que dejaré el coche. Está situado
en una azotea, como todos.
El tipo que se encarga del sitio me dice que
puedo dejarlo tres días a lo sumo, y le contesto que no necesito más. Le pago
lo que me pide y luego entro a la construcción en sí para bajar en ascensor
hasta la última planta, salir a la calle, patearme una manzana y llamar al
timbre del primer edificio de la siguiente.
- ¿Quién? – pregunta la seria voz de War al
telefonillo.
- Fortachona – saludo en tono jocoso.
A modo de respuesta, oigo el pitido que indica
que la puerta está abierta. Atravieso la valla y camino por un empedrado que
rompe con el césped de alrededor, que al parecer conduce a una piscina en la
que una señora arrugada toma el sol.
Tras llamar otra vez a otro telefonillo, subir
por un ascensor y timbrar en una de las puertas del piso al que llego, me
encuentro a War por primera vez en persona.
...............
Bueeeno, pues aquí estamos todos otra semana más.
Bien, antes de nada, dos cositas.
La primera, ya dije que en el capítulo anterior no pude subir un dibujo de Plague que me había currado... bien, pues aquí lo tenéis para vuestro disfrute:
Por mala suerte el escaner le quita un poco de calidad... pero bueno, es lo que hay. Espero que os guste el dibujo ^^ Y también el de Blasphemy recién despierta que he subido para el capítulo de hoy xD
La segunda, por fin he hecho lo que quería hacer por las 10000 visitas (actualmente 11000 xD). Cierto es que no he podido hacerlo como me hubiera gustado por falta de medios y de tiempo. Tenía planeado algo mucho más grande y mejor, pero bueno... hay que apañárselas. Sin más demora y esperando que os guste, os dejo aquí lo que he hecho:
Puede que os haya hecho esperar demasiado para el resultado final, pero ya os digo que lo que tenía en mente era mucho mejor. Aún así, no os creáis que grabar esto y editarlo ha sido fácil. Unas cinco horas en total entre unas cosas y otras.
Yo tenía pensado grabar en diferentes sitios, con ayuda de gente, un par de cámaras... pero no ha podido ser. Me las he apañado yo sola. Peero en fin, es lo que hay. Simplemente espero que os guste.
Por otro lado, he comenzado a publicar en mi segundo blog una serie de entradas que quizá os interesen. Hablan de los personajes de Sangre sobre el pan, y de momento he hecho una sobre Blasphemy. Pasaos si queréis clickando aquí.
Bien, pues... creo que nada más.
Muchísimas gracias a Cgm, Pao D'Cid, Sara Menéndez y Dolores Enima Neag por haber comentado la anterior entrada :3 No sabéis los ánimos que me dais con ello.
Un beso y nos leemos la semana que viene, AUNQUE NO SÉ SI EL MIÉRCOLES O EL JUEVES, porque estoy de exámenes. Si veis que el miércoles no publico nada, es que lo publicaré el jueves. Nos os alarméis.
Beeesotes :3
¿SU CARRO SE LLAMA HANS? Asdfhhhsfagfhhdfg GENIAL XD ¡Lindo tráiler! Está genial *w* Oye, ¿eres tú la que sale en el video? Los dibujos están muy chachimente geniales!
ResponderEliminarY amé la parte donde Blasphemy trata de educar a su coche, y el hecho que es su primer capítulo en un montón XD
-Pao
¡¡¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!!!un book trailerrr!!!gracias!!he muertoo!!!
ResponderEliminarbueno, después de motivarme un poco, el capitulo me ha encantado como siempre:D los dibujos están super genialosos:)y me gusta mucho que en la vida real se ambiente en el futuro, vamos casi todo lo contrario de Pangea:)eso lo hace muy interesante!
y de verdad muchas gracias por esforzarte haciendo este book trailer:D mientras lo veía, me imaginaba ya el libro y una película!!sigue asi!!bss:)
Ooooooh. el video es muy misterioso :) Ya sabes que yo he mirado lo de Explosiones... esta genial.
ResponderEliminarBueno, espero la semana que viene. No se por que, pero este capitulo no puede acabar bien.
Un besazo
Me ha encantado el trailer! Te quedó muy , muy chulo. Por cierto, me encanta la parte de Explosiones en la cabeza que dedicas a los personajes de tu novela, me parece muy buena idea.
ResponderEliminarEl capítulo también me ha gustado mucho, ya quiero saber cómo reaccionas War y Blasphemy al encontrarse...
¡Un besazo y hasta la semana que viene!
mola un huevo de pato los dibujos :D
ResponderEliminary me has enganchadooooooooooo