Capítulo 1: Blasphemy, Coliseo, Pangea (Segunda Parte)

El público pierde la poca cordura que le quedaba. Tras unos segundos, se hace un silencio sepulcral y sumamente tenso.

La pantalla grande en la que hasta ahora habían aparecido las características de Pendulum y War, es sustituida por dos pantallas igual de grandes. La de la izquierda seguirá a War durante la pelea, y la de la derecha a Pendulum. 

El ogro no pierde el tiempo: toma impulso con sus enormes patas de cerdo y echa a correr a una velocidad descomunal, inapropiada para un ser como él.

War, por su parte, avanza a la misma velocidad portando su hacha de doble filo. El ogro con la espada, la humana con el hacha. Me da puro terror conocer el resultado.

Cuando la guerrera está a dos metros o menos de distancia del ogro, salta con ímpetu y levanta el hacha para asestar un golpe a Pendulum en el brazo portador de su espada. Sin embargo él, rápidamente, lo aparta. Parece que el movimiento de War no va a surtir efecto y que el golpe irá al vacío cuando ella, de manera inesperada e incomprensible, suelta el hacha de modo que esta gira en el aire directa a uno de los pies del ogro.

Sin embargo, éste ve venir la jugada, y en un rápido movimiento interpone la espada en la trayectoria del hacha, que rebota y sale despedida sin control por los aires. War frunce el ceño al ver su plan frustrado, corre siguiendo la trayectoria de su arma y consigue atraparla al vuelo no sin esfuerzo. La fuerza del hacha hace que, cuando la atrapa con su brazo derecho, caiga hacia atrás.

Pendulum aprovecha, levanta su espada y, con fuerza, la baja hacia War. Ella reacciona deprisa, interpone su hacha antes que la espada del ogro toque siquiera el metal de su armadura. Ocurren unos segundos de tensión en los que Pendulum y War mantienen sus armas chocando, ella repeliendo el ataque, él manteniéndolo; hasta que la guerrera en apenas un par de segundos consigue rodar hacia un lado con el hacha y levantarse.

Entonces, comienza a correr de nuevo hacia Pendulum, que se incorpora y decide tomar una postura defensiva. War se acerca a él rauda como el rayo. De modo inesperado, saca un pequeño puñal del cinto que utiliza para portar la espada y lo lanza al brazo del ogro, que lo repele con la espada. Lo que no esperaba él era sentir después el frío metal de un hacha hundirse en la carne de su tobillo.

War se salpica aún más de sangre, todo el Coliseo se estremece, Pendulum grita, comienza a oler a hierro.

El público estalla en un alarido de alegría común.

- Hunger, por lo que más quieras: no mires a la puta pantalla - le digo a mi compañero sin quitar la vista de la pantalla que pertenece al ogro. Ahí aparece War, dándole otro fuerte golpe en la misma herida. Creo, sólo creo, que quiere mutilarle el pie. Cada hachazo provoca un aullido de dolor que recorre el Coliseo, y también mi cuerpo.

- Tranquila, estoy mirando al suelo. ¿Lo que huelo es sangre? - pregunta Hunger, pero no consigue que aparte los ojos de la pantalla. La cruenta escena me tiene absorta.

- Sí - respondo secamente.

- Qué asco, qué puto asco. No sé cómo a la gente puede gustarle esto - dice, con tono indignado. Sigue quejándose, pero no puedo escucharle. Todo, desde los gritos enardecidos del público hasta la voz de Hunger, baja de volumen en mi cabeza hasta silenciarse. Sólo puedo escuchar los escalofriantes gritos de Pendulum, que entran en mis oídos como dagas. Duele de escucharlo, y la sensación aumenta al ver la sangrienta escena en la pantalla.

War es como un ratón enfrentándose a un tigre: ha pasado de su tobillo a varias partes en el cuerpo de Pendulum: ha escalado y le da rápidos golpes, le asesta con un puñal, crea heridas profundas, lo apuñala, le pega mientras sube por su torso…hasta llegar a su cara, pero es ahí cuando el enorme ogro reacciona entre sus gritos. La coge por la espalda con una de sus rechonchas manos, y la deja colgando en el aire.

Después coge una de las dagas que War le ha clavado, y se la pone en el cuello. Contengo el aliento: War, la enorme War, la invencible, la leyenda, la mejor jugadora en estilo cuerpo a cuerpo y a muerte… va a morir.

Miro a la pantalla de la humana, que muestra su cara. Uno podría pensar que está asustada, pero su expresión muestra una determinación y una fuerza descomunales.

Pendulum empieza a apretar la daga contra el cuello de War, que amenaza con rajarse, cuando ella en un movimiento desesperado se deshace de la parte de la armadura que cubre su torso y cae, cae contra el suelo. Consigue aterrizar medianamente bien, en horizontal, pero creo que se parte algún hueso por la cara de dolor que muestra. También se hace un corte superficial en la garganta porque, al caer y a pesar de haber hecho un extraño giro en el aire, se ha cortado con la daga.

Pendulum, al ver a la rubia en el suelo, utiliza la pata que no tiene herida para propinarle una buena patada, que manda a War volando por los aires hasta que choca con una pared. En su pantalla se ve como al darse tal golpe abre la boca queriendo gritar, pero no puede. De su garganta no sale ni un triste grito ahogado. Sin embargo, puede verse el dolor en su rostro.

Rebota contra la pared y aterriza en el suelo. Un símbolo en pantalla muestra que War está en menos de la mitad de su vida. Es como un emoticón atemorizado de color amarillento.

El ogro, al ver que War no se levanta, camina hacia ella quitándose el hacha de la espalda, aguantando el dolor.

De pronto, la rubia comienza a levantarse. Pendulum acelera sus movimientos y dispara el hacha hacia ella. War trata de esquivar el golpe, y a pesar de que sus esfuerzos no son en vano, el hacha le hace un corte profundo en el gemelo derecho.

Es entonces cuando ella grita de puro dolor.

La humana, tomando aliento, corre hacia el ogro, sangrando a cada paso, dejando un rastro de intenso color rojo tras de sí. Aprovecha que la velocidad de Pendulum se ha reducido y sube a partir de una pierna, como una hormiga. Él intenta cogerla, tirarla, apartarla a manotazos; pero War esquiva todos sus intentos. La velocidad de ella no se compara con la del ogro a pesar de tener el cuerpo lleno de sangrantes heridas y de haber luchado antes que él.

Vuelve a llegar al rostro de Pendulum, y se sienta en su nariz de cerdo.

- ¡Aprovecha y mira mi hermoso cuerpo, cerdo, pues será lo último que veas antes de perder la vista, el combate y la vida! - le grita.

Separa los brazos, pone las manos en posición de arañar. Rápidamente, las mete en los ojos de su enemigo, que grita. Grita como un cerdo siendo degollado.

Pendulum se mueve y da tumbos, llevándose las manos a la cara mientras sus ojos sangran, pero no consigue que War caiga pues ella está bien agarrada a sus globos oculares, tirando de ellos hasta que, en un movimiento brusco del ogro mezclado con un tirón fuerte de la humana, estos salen de sus cuencas y quedan colgando.

Es asqueroso, violento, sangriento y huele fatal; pero no puedo apartar la vista. Sólo consigo cerrar la boca, que se me ha quedado seca de tenerla abierta, y lamerme los labios.

War baja hasta la espada de Pendulum, que ha caído de rodillas y se lleva las manos a la cara. Está intentando llorar, pero no puede.

Con esfuerzo, la humana consigue sostener la caída espada del ogro, de un peso superior al suyo. Dando tumbos debido al peso de la espada y el cansancio, pisa la arena y se acerca a él. Posando la espada en el cuello de Pendulum, dice:

- Y espero que esto sirva de lección a todo aquél que se crea más fuerte que War. Dulces sueños, Pendulum, al menos has ofrecido un buen espectáculo a mi amado público.

Con fuerza, ensarta la espada en la garganta, atravesando piel, músculos, tráquea. Un borbotón de sangre sale de la garganta de Pendulum antes de que este caiga hacia delante, habiéndose  apartado War hacia un lado.

La sangre que brota del cuerpo del ogro comienza a mojar la arena, y llega hasta los pies de la guerrera.

La pantalla de Pendulum queda negra, y en la de War se muestra como ella se quita el casco. Su piel, oscura y sucia, está sudorosa. Tiene numerosas heridas y la ropa de debajo de la armadura hecha jirones. Sus pechos, grandes y redondeados, casi pueden verse a través de los jirones.

Sus ojos azules parecen ausentes, pero su rostro desprende alegría y su cuerpo, victoria. Tras unos segundos de completo silencio, sonríe y mira a su público, que estalla de nuevo en gritos y vitoreos.

Gritan su nombre y ella, con el torso prácticamente descubierto y habiendo matado a un jugador en un espectáculo sangriento y grotesco, simplemente sonríe. Es feliz.

- ¿Ya ha acabado? - pregunta Hunger - ¿Puedo mirar?

- No mires a la Arena, simplemente mira la pantalla - le aconsejo.

- ¡Joder! - exclama - ¡Qué tetas! Pero… ¿tan sangriento ha sido el asunto? Está hecha mierda - dice.

- Sí, ha sido… inolvidable y jodidamente espantoso. Pero ahora estoy completamente segura-contesto, mirándole a los ojos con una sonrisa pícara.

- Entonces… - dice,  irguiéndose lo más que puede y abriendo sus ojos de león.

- La quiero en nuestro puto equipo - digo con seguridad.

Hunger ruge de alegría, asemejándose a cualquier otro espectador sorprendido que estalla euforia. Su rugido se mezcla con los gritos del público hasta desaparecer.

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Muchísimas gracias a Vocare Ad Regnum, Chibita y Moonlighting Uchiha por comentar y leer :) También gracias a todos aquellos que leeis esta historia y me lo comentáis en privado. Por supuesto, también gracias a todo aquél desconocido que entre y lea.