Capítulo 19: War, Valle Silencioso, Pangea (Segunda Parte)

Mi corazón se acelera ante la expectativa de una importante batalla, y entonces, el escudo deja de separarme de la bestia.
Comienzo a correr y cuando tengo el suficiente impulso, salto todo lo que puedo. Consigo que el filo del hacha se hunda en el cuerpo de agua, pero para mi sorpresa no ocurre nada. La electricidad no emana de mi arma.
Caigo al suelo con las rodillas flexionadas y comienzo a rodear al dragón para conseguir acercarme a sus patas traseras. Voy esquivando sus alas, con las que no para de atacar, y en una de las veces que tengo que agacharme para que no me dé, veo a Plague caer delante de mí, aleteando todavía, y rodar.
Me acerco a ella rauda, le ayudo a levantarse y luego ella se impulsa sobre mis hombros para despegar de nuevo.
Observo que vuela e introduce sus manos en el dragón. Las esferas de aspecto verdoso de antes quedan dentro de él, dentro de esos extraños músculos y venas de agua, y se diluyen.
-¡Infectado! – grita, alegre, para después alejarse.
Entonces pruebo a tocarle con la yema de los dedos sin dejar de correr. Es extraño porque puedo agarrarle. Tiene una capa de agua más densa que el resto, y entiendo que es la piel, aunque es muy resbaladiza, puedo subir por ella.
Me agarro con una mano y empiezo a escalar, clavando también mi hacha a modo de pico. Aunque cae prácticamente de inmediato, dispongo de un par de segundos en los que puedo aprovechar para apoyarme, por lo que lentamente voy escalando. Además, el hacha parece empezar a surtir efecto. Pequeños rayos salen de ella y recorren cada vez más áreas del dragón.
Sigo escalando mientras oigo sus gritos, y también los de mis compañeros. Un árbol llega entonces desde la lejanía y atraviesa al dragón, quedando alojado en su interior, en lo que parecen ser las tripas.
Llego a los lomos del ser, pero mis piernas se hunden con facilidad, además de que no para de moverse, consiguiendo que me tambalee. Engancho el hacha a mi espalda y comienzo a correr, acercándome a su cuello, tratando de no hundirme a cada paso.
Veo, en el suelo, un montón de raíces que se introducen dentro del monstruo y que son recorridas, de pronto, por bultos que salen de él hasta llegar a la tierra. A los pocos metros está Blasphemy con manos y pies hundidos en la hierba, convertidos también en ésta al igual que parte de sus brazos y piernas.
Entiendo, entonces, que le está quitando agua al dragón, y comprendo cuál era el cometido del mandoble de Tierra: absorber el agua de este ser.
Aprieto los dientes por haber sido tan ingenua al intercambiarlo y entonces llego al cuello, donde entra de pronto Plague rodeada de una luz violácea. Queda ahí dentro infectando al dragón con otro tipo de veneno o enfermedad que se extiende también por su cuerpo, y después sale, completamente empapada, para iluminarse entonces en una luz amarilla.
Se aleja al tiempo que yo hundo mi espada en la nuca de la bestia, que inmediatamente alza la cabeza y se gira hacia mí. Me mira con sus ojos transparentes, abre sus fauces y lanza un chorro de agua que me resulta imposible de esquivar.
El torrente me empuja hacia atrás, impidiéndome ver y respirar, hasta que me encuentro a mí misma cayendo bocabajo. Temo un choque contra el suelo, pero he sido lanzada hacia los cuartos traseros del animal, por lo que puedo agarrarme a su cola.
Pero el dragón no es tonto y me golpea con ésta, haciendo que salga despedida por los aires en otra dirección.
Cierro los ojos cuando veo que el impacto se acerca, de algún modo deseando que alguno de mis compañeros llegue para salvarme, pero no ocurre. Choco contra el suelo y doy mil vueltas hasta que consigo frenar.
Me incorporo de inmediato a pesar del dolor y mis ahora sangrantes brazo y piernas, dispuesta a correr todos los metros que me separen de la batalla, cuando una nueva visión consigue paralizarme.
El dragón ha helado las partes de su cuerpo que estaban infectadas, conteniendo así el virus, y también las zonas donde las raíces de Blasphemy habían penetrado, consiguiendo entonces que deje de quitarle agua. Además, hiela una parte de su ala con la que golpea a Hunger, y luego la deshiela como si nada. Así de fácil.
El semileón rebota en su trayecto por los aires contra algo que hace que caiga al suelo, donde también rebota contra algo. Busco a Moses, alejado de la batalla, y le encuentro con una mano extendida hacia mi recién golpeado compañero.
Entonces me mira y agacha la cabeza, pidiéndome disculpas por no haber podido hacer lo mismo conmigo.
Dejo de mirarle y corro hacia la bestia sin quitarle los ojos de encima, observando cómo las raíces siguen creciendo, buscando otras zonas con agua, y cómo lentamente el dragón, para pararlas, termina por convertirse enteramente en un ser de hielo.
Entonces, levanta las alas. El movimiento no es fluido, si no que se mueve como a trozos, como en las antiguas películas en las que aparecían monstruos. Sin embargo, es rápido y consigue alzar el vuelo, partiendo las raíces, que quedan dentro de él.
Abre nuevamente su boca y de él sale algo diferente a un torrente de agua: trozos puntiagudos de hielo que comienzan a llover sobre el valle.
Me llevo la mano a la cadera para desenvainar mi espada, pero no la encuentro. Durante un segundo el pánico me invade, y entonces recuerdo que la dejé en el cuello del dragón. Reacciono y desengancho el hacha con los segundos justos para repeler una de esas estalactitas, y temo no poder hacerlo cuando ésta choca contra un muro invisible.
Un escudo.
Apoyo la mano en la pared lateral del escudo para saber cuándo deja de estar ahí, y mientras tanto espero a que la lluvia de hielo termine.

................

En esta ocasión, llego a tiempo.
Bien, no tengo mucho que comentar, pero no sabéis lo que me ha costado escribir este pedacito que os dejo hoy xD En serio, una burrada. Es por los cambios del dragón, y porque imaginar un ser completamente hecho de agua pero que además tenga sistema nervioso, músculos, piel, etcétera es muy complicado (al menos para mí).
Aún así, creo que el resultado es decente.
Bien, pues... gracias a Pao D'Cid, Sara Menéndez, Cgm y Dolores Enima Neag por haber comentado el anterior capítulo :D Sois la pera limonera.
Por cierto por ciertoso... estoy en una nueva parte de Internet.
Con esto quiero decir que hasta ahora estoy en Blogger, Tuenti y Google+... pero ahora también estoy en... YOUTUBE. 
Veréis, el año pasado hacía vídeos, pero lo dejé por una serie de movidas. Pero este año vuelvo, y espero no abandonarlo. Así pues, os dejo mi canal y el vídeo que he hecho:
No es la gran cosa, ni lo mejor del mundo, ni nada de eso, pero bueno xD
Seguidme por ahí si queréis, comentadme... lo que os dé la real gana, en serio.
Ale, muchas gracias a todos por leer y comentar, por estar aquí cada miércoles.
¡Un besote!
Y nos leemos a la semana que viene :3

3 comentarios:

  1. WOW. PRIMERO AGUA, LUEGO HIELO. ¡Qué loco! :O Nope, no es decente...¡ES GENIAL! Usar el adjetivo "decente" para describir a Sangre Sobre el Pan es como insultarla, eh *mirada fija* ¡POR QUE TODOS LOS CAPÍTULOS SON GENIALES!
    Ya me paso por tu canal, y si puedo veo el video :D
    -Pao
    Pd: Ou, no puedo D: Es que estos días siempre que intento ver algo en Youtube me sale "Aw, snap!" *FFFFFFFFFUUU* Bueno, lo veré en mi tablet *It´s something!*

    ResponderEliminar
  2. No puedo estar más de acuerdo con Pao, "decente" es como el insulto más grave que se te puede dedicar.
    Me ha encantado este capítulo, la batalla con el dragón ha sido genial!! A ver si consiguen matar al bicho de una vez...
    Un beso muy fuerte :))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por cierto, te he nominado en mi blog http://keepcalmjustread.blogspot.com.es/

      Eliminar

Sé respetuoso o te tiraré tomates ò___ó